TE BLANCO
Recientemente, el té blanco ha sido considerado como el antioxidante más potente de la Naturaleza; mucho mayor que el té verde. Es una bebida baja en calorías, por lo que se convierte en un líquido saludable que además de ser rica en propiedades para disfrutar de una buena salud, resulta útil para adelgazar y perder peso. También es ideal para depurar nuestro organismo y ayudar a nuestro cuerpo en el proceso natural de eliminación de toxinas.
Debido a que las hojas de té blanco no sufren oxidación (o esta es mínima), el té blanco es el que contiene menor cantidad de cafeína, unos 15 mg por taza aproximadamente.
Por otro lado, es el té que tiene más catequinas y polifenoles, que son los responsables de grandes beneficios para la salud. Los antioxidantes que posee protegen el organismo de los radicales libres que se producen libremente por nuestro metabolismo y que ocasionan muchos procesos dañinos como dañar el ADN y el envejecimiento celular. Los antioxidantes nos protegen de varios de estos efectos, como la diabetes tipo II o el cáncer. Las distintas variedades de té tienen un efecto desinfectante frente a varias bacterias, especialmente algunas patógenas que se encuentran en el intestino y en la piel o mucosas. Al igual que muchas frutas y vegetales saludables para el corazón, el té blanco tiene un alto contenido de flavonoides que ayudan a disminuir la hipertensión, al reducir la presión arterial. El té blanco es uno de esos recursos, por sus características oxidantes muy bien estudiadas, que protegen las células de la piel ( y también del cerebro y el hígado) de los efectos del envejecimiento y también los polifenoles protegen de la acción dañina de los rayos del sol.